Mi relación con el calzado comenzó cuando tenía 14 años. En aquel momento me distraía dibujando zapatos entre clase y clase, sin imaginar que esos primeros bocetos cuestionables, comenzarían a forjar el vínculo que me llevaría a descubrir mi vocación.

Con el tiempo, pasé de un lápiz de grafito y una hoja de papel, a un lápiz y una tableta digital y una computadora. Y así como mis herramientas de trabajo fueron cambiando, he visto cómo ha cambiado la industria y como cada vez más la tecnología 3D ha venido a posicionarse fuertemente dentro del diseño y la moda, dirigiendo las cosas hacia entornos phygitales, es decir, que funcionan tanto de manera física como de manera digital, desbloqueando oportunidades para diseñar objetos que no tienen por qué ser funcionales en el mundo real, como utilizar un par de almohadas por zapatos o incluso algo más extraño y con menos sentido como un par de rocas.

En cuanto al mundo real, esta tecnología cuenta con múltiples aplicaciones a través de la impresión 3D, de la cuál destacaría las ventajas qué tiene dentro del proceso de diseño, su impacto en la vida de los usuarios y además sus aportes en materia de sostenibilidad.

Durante el proceso creativo, la impresión 3D, permite hacer prototipos rápidos que te ayuden a entender mejor la forma del diseño y probar si verdaderamente funcionan, y a partir de ahí, hacer las correcciones qué sean necesarias respectivamente.

En temas de funcionalidad, esta herramienta ofrece al usuario la posibilidad de obtener exactamente lo que quiere, no solo en términos de estética y color, sino también en función de sus características, es decir, crear un calzado específicamente diseñado para sus necesidades; dónde por ejemplo, se pueden adaptar la longitud y el ancho del calzado en relación a cada uno de sus pies, volviendo a los zapatos una extensión de los mismos, logrando que se sientan como una nueva capa de piel; por otra parte, también se pueden reforzar zonas de la suela para reducir el desgaste; eliminar material de ciertas áreas para hacer al calzado más ligero y ventilado; distribuir mejor la amortiguación e incluso compensar una diferencia de altura debido a que el usuario tal vez tiene una pierna más corta, lo que evidentemente, le beneficiaría en gran medida.

Por otra parte, en materia de sostenibilidad, entre las ventajas que tiene, está la reducción de desperdicio, pues solo se utiliza el material necesario; además la producción puede ser a pedido, eliminando la necesidad de tener un inventario, y sobre todo permite usar materiales reciclados y/o materiales que son completamente reciclables dando oportunidad a las compañías y a usuarios de que en lugar de desechar objetos que han terminado su vida útil, puedan re-transformarlos en nuevos productos.

En Madxican, el estudio de diseño del que formo parte, desarrollamos de forma colaborativa con la marca insert logo un proyecto que mezcla la fabricación tradicional con la impresión 3D. Comenzamos con bocetos y patrones hechos a mano, y una vez que el primer prototipo estuvo listo, se realizó un escaneo tridimensional del mismo para poder modelar la suela que se extiende hacia la parte superior abrazando al zapato desde el talón a la punta.

Desde mi perspectiva, la reacción que se obtiene al tener por lo menos un prototipo del diseño o un modelo a escala es muy diferente a solo observar un render, aun cuando sea una imagen realista impresa en papel. En cambio, cuando puedes interactuar con el diseño eres capaz de entenderlo mejor y la emoción es mucho más grande.

La impresión 3D está revolucionando las industrias creativas, abriendo la posibilidad de hacer realidad nuestras ideas en cuestión de horas o días, cuando antes tendrías que esperar semanas e incluso meses para ver los resultados. y pudiendo obtener productos que serían muy difíciles de conseguir mediante métodos tradicionales.

En definitiva, nuevas tecnologías como esta tienen el potencial de ser mucho más sostenibles comparadas con métodos de fabricación tradicionales. Sin embargo, no todo es romántico y existen varios desafíos que deben abordarse para que nuestros procesos y la forma en que diseñamos productos sea verdaderamente sostenible.

Por eso es importante esforzarnos por entender de qué manera nuestros actos pueden dejar un impacto verdaderamente positivo; nuestra responsabilidad como diseñadores y como agentes de cambio y realizar acciones que hagan eco y reverberen en nuestro alrededor

QUETZAL ROMOS