Covid-19 ha dejado un impacto duradero en la industria de la moda en todo el mundo, incluida Sudamérica, donde la industria se ha enfrentado a una serie de retos y transformaciones relacionados no sólo con la pandemia, sino también con factores económicos, sociales y medioambientales.
Inflación e impacto económico
La inflación ha tenido un impacto significativo en la moda pospandémica, aumentando los costes de producción y reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores. Países como Argentina y Venezuela se ven especialmente afectados, lo que dificulta a las marcas locales mantener precios competitivos. Esto ha provocado una contracción del mercado, con un mayor énfasis en la moda asequible y la necesidad de adaptar las estrategias empresariales a las dificultades económicas de la región.
Las cadenas de suministro se complicaron aún más por las interrupciones posteriores a la pandemia, que provocaron retrasos en la producción y aumentaron los costes de transporte. Por este motivo, muchas marcas sudamericanas tuvieron que buscar soluciones más localizadas, fomentando la producción nacional y regional.
Cambio social y digitalización
Otra consecuencia es el cambio hacia la digitalización de la moda, con una mayor adopción del comercio electrónico y las plataformas digitales. Antes de la pandemia, el sector del comercio electrónico en la región estaba menos desarrollado, pero la necesidad de adaptarse a las restricciones sociales obligó a muchas empresas a invertir en soluciones digitales. Esto ha dado lugar a una mayor visibilidad de las marcas locales a escala internacional, permitiéndoles llegar a un público más amplio y diverso.
Socialmente, se ha producido un cambio hacia un consumo más consciente y una demanda de moda más inclusiva, sobre todo por parte de las generaciones más jóvenes, como los Millennials y la Generación Z. Estos consumidores exigen más transparencia y prácticas éticas a las marcas, lo que ha estimulado una reflexión sobre la identidad cultural; muchos diseñadores y marcas emergentes han pasado a celebrar las raíces indígenas y las tradiciones artesanales, valorando la mano de obra local.
Sostenibilidad y moda ética
Las nuevas normativas mundiales sobre sostenibilidad y la creciente concienciación medioambiental han aumentado la presión sobre las marcas para que adopten prácticas más ecológicas, reduzcan los residuos y limiten el uso de materiales perjudiciales para el medio ambiente. Muchos países sudamericanos, como Colombia y Brasil, se están convirtiendo en centros de moda sostenible debido a la abundancia de recursos naturales, como el algodón orgánico, y de materiales innovadores, como el caucho natural.
Esto también ha alimentado el interés por la artesanía tradicional y la producción a pequeña escala, que no sólo reduce el impacto medioambiental, sino que también promueve la conservación de las culturas indígenas. En particular, los tejidos artesanales y las técnicas tradicionales se han convertido en un elemento distintivo de la moda sudamericana contemporánea.
En Sudamérica, la moda pospandémica se caracteriza por un difícil equilibrio entre los retos económicos relacionados con la inflación, los cambios sociales y los nuevos requisitos de sostenibilidad. Sin embargo, la región ha respondido con resiliencia, adaptándose a las nuevas circunstancias mediante la digitalización, la valorización de la cultura local y la adopción de prácticas más sostenibles.
Artículo de: Giuseppe De Censo Instagram: @giuseppedecenso_